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"Los artistas son aquellos que entienden esa disciplina que ejercen como el arte que es" | Víctor Santamaría.

19 diciembre 2016

El infernáculo


Cuando todo comenzó nadie pensó que fuera cierto. Se desarrolló rápido y de una manera jamás imaginada. El fuego iluminaba como nunca cada pedazo de cielo opacando el resplandor de las estrellas más brillantes del firmamento. Su ruido devorador impedía pensar con claridad, como si estuviéramos destinados a olvidarlo todo, sin culpa, sin reproches, sin remordimientos, ya no había nada que hacer.

La humanidad nuevamente en guerra, pero no contra el prójimo; esta vez estaban todos juntos, en un extraño abrazo de desconocidos que parecía ser eterno, esperando el final, aguardando un futuro incierto sin poder defenderse. Una contienda peor que la nunca sufrida o narrada en el relato más fantástico; se combatían promesas no cumplidas, postergadas a perpetuidad en un arrepentimiento efímero y sin sentido.

Ocurrió a lo largo del mundo entero, a la misma hora, tal y como se predijo; nadie pudo escapar. El hombre enfrentaba su última y más triste batalla, con desesperanza, sin opciones, contra su más tenebroso enemigo; todo había acabado. Por fin los demonios del hombre rugían liberados sobre la faz de la Tierra en llamas, al unísono en un espectáculo sin precedentes que no distinguía entre culpables e inocentes.

En el último instante algunos prometían, en su trágica desesperación, ser mejores personas. Entre llantos lamentaban su peor parte, renovaban voluntades y obligaciones jamás encontradas; sus esperanzas, las mismas de siempre…El ciclo había finalizado y estábamos solos, ante nuestros peores miedos.

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El infernáculo / Cualquier lugar en el mundo, 2016

© Víctor Santamaría, 2016