En cada amanecer durante tu inocente despertar, en tus
eternos viajes de suaves vuelos, en tu dulce y tierna mirada, en la fragilidad
de tu ser, siempre estaré contigo.
Siempre estaré contigo allá donde la brisa del bosque nos
lleve, en nuestra íntima y mágica danza, sólo tuya y mía.
Descansar entre la bondad de tu existir y la ternura de tu
aliento es todo mi anhelo y por lo que siempre estaré contigo, asfixiando
las inquietudes de tus noches, amándote una vez más.
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El colibrí y la lluvia / Panamá.
© Víctor Santamaría, 2010