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"Los artistas son aquellos que entienden esa disciplina que ejercen como el arte que es" | Víctor Santamaría.
24 julio 2018
14 marzo 2018
09 marzo 2018
Plenilunio
He visto la
creación de infinitos sistemas estelares más allá de vuestro mundo.
Los sonidos y
silencios de las más remotas galaxias estallar en nebulosas de luces y sombras.
He conocido otros
universos, ancestrales, oscuros y habitados.
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Plenilunio / superluna azul, 31 de enero de 2018.
25 febrero 2018
20 febrero 2018
19 febrero 2018
07 febrero 2018
Misión Apolo
Rugen los océanos, batallan en
vano sus olas en las orillas de sus mundos.
Rompe la niebla, como las notas
de piano rompen el silencio en el lado oscuro de la Tierra.
Y la Luna apareció, nos miró a
los ojos y vimos la galaxia y el más allá.
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Misión Apolo / superluna azul, 31 de enero de 2018.
25 mayo 2017
El almendro y flor
Regresarán amaneceres de
tupidas flores, vientos color carmesí y brisa sabor a miel.
Tu piel desnuda volverá a danzar
entre las risas del ayer y los árboles de mi recuerdo.
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El almendro y flor / Colón,
Panamá.
© Víctor Santamaría, 2017
© Víctor Santamaría, 2017
01 mayo 2017
12 abril 2017
31 enero 2017
Pensamientos de barrio
Volverán las golondrinas a sus nidos desiertos.
Sobrevolarán tristes ciudades dormidas por la ausencia.
Su canto pintará el cielo gris de un profundo azul cobalto.
El sol enamorado, testigo fiel de la mágica danza sin fin, no permitirá que el día se nos despida.
Volverán las golondrinas, y llenarán sus nidos con la sonrisa dibujada en tu rostro.
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Sobrevolarán tristes ciudades dormidas por la ausencia.
Su canto pintará el cielo gris de un profundo azul cobalto.
El sol enamorado, testigo fiel de la mágica danza sin fin, no permitirá que el día se nos despida.
Volverán las golondrinas, y llenarán sus nidos con la sonrisa dibujada en tu rostro.
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Pensamientos de barrio / Ciudad de Panamá.
22 enero 2017
09 enero 2017
La Naturaleza enamorada
Eran tardes de primavera, cuando
los primeros rayos de sol deslumbraban la tímida vida del bosque. Eran esas
tardes en las que entre las hojas de los árboles aún se escuchaban voces de un
invierno no muy lejano, ese invierno que transformó mi vida en la desesperada
búsqueda de un amor perdido. Un amor que jamás existió salvo en inocentes
ilusiones, que nunca tuve y sin embargo deseé como si me perteneciera, como si
siempre hubiera sido mío y tuviera algún derecho a reclamarlo. Un amor
escondido entre las sombras de mis dudas, que alcanzaba a iluminar con falsas
esperanzas esa infinita soledad.
Sin embargo, fue en una de esas
tardes en tus bosques, justo antes de
que la última luz se llevara consigo otro día, entre las últimas y perdidas
gotas de lluvia y una fría brisa que acariciaba mi rostro, cuando escuché tu
voz por primera vez, cuando supe que jamás volvería a buscar ni desear otra
cosa que el compartir contigo el resto de mi vida.
Ahora sé que siempre estuviste
ahí, observándome con cada rayo de sol, que me llamabas todas y cada una de las
tardes al caminar en tus senderos, que nuestra conversación se agitaba entre
las hojas de esos árboles, que tu llanto de amor por mí eran esas gotas de
lluvia, y tus besos las caricias que venían con cada última brisa. Ahora sé por
lo que siempre a ti regresé.
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La Naturaleza enamorada / Panamá.
© Víctor Santamaría, 2010
31 diciembre 2016
El colibrí y la lluvia
En cada amanecer durante tu inocente despertar, en tus
eternos viajes de suaves vuelos, en tu dulce y tierna mirada, en la fragilidad
de tu ser, siempre estaré contigo.
Siempre estaré contigo allá donde la brisa del bosque nos
lleve, en nuestra íntima y mágica danza, sólo tuya y mía.
Descansar entre la bondad de tu existir y la ternura de tu
aliento es todo mi anhelo y por lo que siempre estaré contigo, asfixiando
las inquietudes de tus noches, amándote una vez más.
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El colibrí y la lluvia / Panamá.
© Víctor Santamaría, 2010
25 diciembre 2016
Metamorfosis
Lucían con un aire especial. Un
atractivo solemne, elegante e inquietante. Una mirada melancólica que infundía
tristeza, amor y una extraña compasión. Ocultaban algo, lo que las hacía
diferentes. Dicen que deambulaban a solas en los atardeceres de invierno, atraídas
por parajes desolados.
Cuando se las empezó a ver eran
tiempos oscuros, donde ya nada parecía importar. La humanidad había perdido su
rumbo para no encontrarlo jamás. Algunos hablaban de que siempre estuvieron aquí
y ahora habían despertado. Criaturas al servicio de algo más grande que lo que
ningún ser humano podía comprender.
De una belleza sin precedentes, con
una apariencia algo siniestra y un propósito aterrador, aparecían en las
afueras de las grandes ciudades. Venían a reclamar lo que siempre fue suyo, lo
que ellas realmente eran y habían sido desde antes que el hombre existiera.
Agotada y sin otra alternativa
posible, la Naturaleza tomaba la forma y apariencia de su peor amenaza pero con
una gracia sin igual. Conforme se fueron acercando se desvelaban sus firmes intenciones,
tan crueles como legítimas. Se decía que ellas tenían el poder de transformarnos,
de convertirnos en aquello que habíamos destruido. Por donde caminaban sólo
quedaba el silencio.
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Metamorfosis / Cementerio General,
Santiago de Chile.
© Víctor Santamaría, 2015
19 diciembre 2016
El infernáculo
Cuando todo comenzó nadie pensó
que fuera cierto. Se desarrolló rápido y de una manera jamás imaginada. El
fuego iluminaba como nunca cada pedazo de cielo opacando el resplandor de las
estrellas más brillantes del firmamento. Su ruido devorador impedía pensar con
claridad, como si estuviéramos destinados a olvidarlo todo, sin culpa, sin
reproches, sin remordimientos, ya no había nada que hacer.
La humanidad nuevamente en
guerra, pero no contra el prójimo; esta vez estaban todos juntos, en un extraño
abrazo de desconocidos que parecía ser eterno, esperando el final, aguardando
un futuro incierto sin poder defenderse. Una contienda peor que la nunca
sufrida o narrada en el relato más fantástico; se combatían promesas no cumplidas,
postergadas a perpetuidad en un arrepentimiento efímero y sin sentido.
Ocurrió a lo largo del mundo
entero, a la misma hora, tal y como se predijo; nadie pudo escapar. El hombre
enfrentaba su última y más triste batalla, con desesperanza, sin opciones, contra
su más tenebroso enemigo; todo había acabado. Por fin los demonios del hombre
rugían liberados sobre la faz de la Tierra en llamas, al unísono en un
espectáculo sin precedentes que no distinguía entre culpables e inocentes.
En el último instante algunos
prometían, en su trágica desesperación, ser mejores personas. Entre llantos lamentaban
su peor parte, renovaban voluntades y obligaciones jamás encontradas; sus esperanzas,
las mismas de siempre…El ciclo había finalizado y estábamos solos, ante nuestros
peores miedos.
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© Víctor Santamaría, 2016
18 diciembre 2016
11 diciembre 2016
La Tierra colonizada
Somos pocos los que quedamos. Fuimos desapareciendo perdidos en la selva para siempre, en el más profundo olvido. Nadie sabe cómo empezó ni desde cuándo nos siguen, no sabemos aún qué son. Sólo escuchamos lo que parecen risas, a veces lamentos, mas no se asemejan a nosotros, no del todo. Nada o nadie que conozcamos podría retorcer el silencio de esta forma.
Engañados en falsas promesas de riquezas infinitas y nuestros nombres en libros de historia, cruzamos un mar de estrellas para ver a mis mejores hombres llorar de temor ante lo que nos acecha, para divisar este nuevo mundo y tratar de conquistarlo. Lo que pensamos sería nuestro nuevo hogar se tornó en la peor de nuestras pesadillas.
Quisiera regresar, pero es imposible, lo perdimos todo. Fue una catástrofe la entrada a esta atmósfera. Planeta hostil. Ya sólo queda sobrevivir.
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La Tierra colonizada / Contadora, Panamá.
© Víctor Santamaría, 2016
Días de un olvido
Me despierto de repente sumida en una gran ansiedad.
Soñaba que estaba contigo y los niños, como siempre. No aguanto más sin veros,
sin sentiros.
Ahora sólo escucho llantos y lamentos de algunos que parecen
llevar aquí más que yo, quejidos que desgarran el falso silencio de lo que
llaman jardín de paz.
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Días de un olvido / Cementerio General, Santiago de Chile.
© Víctor Santamaría, 2016
03 noviembre 2012
Premio Concurso de Fotografía "Por Ser Niña"
Tengo el agrado de comentarles que el 11 de octubre se realizó el lanzamiento de la primera campaña "Por ser Niña" en Panamá, con la premiación regional y de país del primer concurso y exhibición fotográfica a nivel de Latinoamérica, que busca resaltar los derechos de las niñas, y fue organizado por Plan y la agencia española de noticias EFE.
Tuve el honor de ganar el segundo premio, lo que me hizo muy feliz. Quisiera felicitar a los organizadores de tal evento por la labor que están desempeñando, así como a todos los asistentes a tal acto, participantes y ganadores de este concurso y, como no, mi felicitación especial a todas las niñas del mundo, a quienes en primer lugar dedico este premio.
Además de este video pueden ver las fotografías de la premiación en mi página de Facebook.
Muchas gracias, El Arte de Víctor Santamaría.
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